Anécdotas y testimonios con alumnos, padres y docentes
Les comparto algunas de las tantas experiencias que he transitado con alumnos y docentes que inician su camino en el Mindfulness:
ANECDOTA
Una vez estaba observando una clase de Mindfulness que guiaba una instructora de mi equipo en 5to grado, y me senté en la ronda al lado de una niña con Síndrome de Tourette, según me había informado su maestra al entrar al salón. Movilizada por el breve relato de la docente y conectando con lo frustrada que se sentiría la niña, siendo observada y teniendo síntomas corporales que no puede controlar, me despertó curiosidad si podía encontrar la manera de conectar con ella aún estando sentada a su lado en silencio mientras la clase se desenvolvía. Sin mirarla a los ojos en ningún momento, me propuse mantenerme totalmente presente y enfocada en ella, percibí cómo respiraba e intenté respirar a un ritmo similar, seguí algunos de sus movimientos corporales, e incluso cuando ella comenzó a hacer algunos movimientos más intensos y sonidos extraños, hice también un sonido suave con mi garganta. En ese momento se me acercó al oído y me dijo “Vos sos igual que yo”. La miré, sonreí y le dije “Es verdad!” Ella salió corriendo del aula, como suele hacer, con permiso de su maestra, y nunca más la ví. Sin embargo sus palabras quedaron resonando en mi interior… Cuántas veces nos hemos sentido excluídos, que no pertenecemos, que los otros nos juzgan, o que no alcanzamos las expectativas… y tenemos ganas de salir corriendo. Y qué importante es para los niños, sea que tienen algún trastorno puntual o no, que haya adultos que puedan prestarles atención plena, permitirles “sentirse sentidos”, y estar disponibles y presentes, de mente y corazón, para acompañarlos en sus procesos.
EXPERIENCIAS
En mi experiencia durante varios años enseñando Mindfulness en escuelas he comprobado cuánto los niños necesitan estas herramientas. Me han contado cosas como que en el micro camino a las olimpíadas de matemática estaban muy nerviosos y se acordaron de practicar lo que habíamos aprendido en nuestras clases y entonces enseguida pudieron relajarse, otros relatan que pueden dormir mejor, que tienen más herramientas para calmarse y contestar de manera más acertada cuando algo los enoja o frustra, sin reaccionar tan impulsivamente, que pueden enfocarse mejor al estudiar y no distraerse tanto como antes, que se sienten más confiados y tranquilos. Sorprende la necesidad que algunos niños tienen de compartir preocupaciones personales… tienen mundos internos tan profundos! Muchos adolescentes con ADHD me han confesado en el primer encuentro que de verdad quieren prestar atención, pero no pueden, es más fuerte que ellos! O que no quisieran tomar la medicación que les están dando, que los hace sentir mal, pero sus padres no saben qué otra cosa hacer para ayudarlos. Algunos nunca han hablado de sus emociones con nadie, están ansiosos o angustiados, con síntomas que en muchos casos repercuten en su salud física, y en nuestros encuentros es la primera vez que tienen un espacio para compartirlo y descubrir que en vez de verlo como un obstáculo, pueden tomar un rol activo en su propio bienestar, aplicar técnicas de respiración o regulación emocional, transformarlo en un desafío, una situación de la cual pueden aprender y que pueden transitar desde otro lugar. A veces hacemos ejercicios cortitos, por ejemplo escuchar los sonidos más lejanos, luego los más cercanos, o hacemos un escaneo corporal registrando cómo se siente cada parte del cuerpo, o nos concentramos en contar las respiraciones y poner a los pensamientos que nos distraen en nubes o barquitos que pasan… Algunos cuentan que nunca habían sentido tanta calma en tan pocos minutos. Otros están tan tensos y sobre-estimulados que al hacer estas breves pausas, se quedan dormidos. Tienen una profunda necesidad de ser escuchados, de ser comprendidos a su nivel, en definitiva, de ser acompañados en este mundo intenso y acelerado en el que de repente nacieron, sin herramientas y muchas veces sin referentes adultos que les marquen un norte y los inspiren… Mindfulness tiene el potencial de ofrecer nuevos recursos y plantar nuevas semillas, para que esos niños fortalezcan recursos internos que necesitan para el presente y para el futuro. Podemos cultivar la calma, la atención y la compasión en nosotros como docentes y padres, y hacer esto accesible a nuestros niños, transformando así el mundo en que vivimos.
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TESTIMONIOS DE PADRES Y DOCENTES
Los padres y docentes de hoy muchas veces se encuentran perdidos. En un mundo en constante cambio, y con niños que “no son los de antes”, manifiestan que no pueden “llegar” a sus hijos, que no saben cómo poner límites, que sus hijos o alumnos ya no los respetan. Aquí Mindfulness también es una gran herramienta y en mi experiencia trabajando con ellos no dejo de sorprenderme de los cambios que se producen en algunos de esos padres o docentes! Una madre, luego de concluir la Formación en Mindfulness, me escribió lo siguiente:
“Gracias por ayudarme a ´despertar´. Cuando mi hijo tenía 3 años y me dijeron que su diagnóstico era TDAH, me llené de miedo pensando en su futuro y dejé de disfrutar el presente. Siento que un día me fui a dormir muy preocupada y desperté muchos años después, cuando conocí Mindfulness. Hoy no me pierdo ni un instante de la vida de mis hijos. Gracias por guiarme y acompañarme en este maravilloso camino, que comprendo recién comienza!” S. D.
Los docentes que toman el entrenamiento en Mindfulness también manifiestan cambios positivos, tanto en su rol docente como en el impacto que esto tiene en el clima del aula. Muchos han comentado que luego del curso se sienten menos reactivos y más receptivos para escuchar a sus alumnos con atención plena, y esto repercute en la relación con sus alumnos. No toman sus reacciones como algo personal, saben cómo manejar mejor sus resistencias. También manifiestan que cuentan con más claridad y mayores recursos a la hora de manejar la disciplina en el aula, que ahora la entienden desde otro lugar: validar emociones, conectar, luego re-dirigir la conducta. Muchos cuentan que sus alumnos se encuentran de forma natural más concentrados, calmos, y más conectados con la materia. Finalmente, a diferencia de otras capacitaciones que suelen recibir los docentes en las escuelas, con Mindfulness sienten que han recibido algo que es en primera instancia una herramienta de vida para ellos, que los ayuda a sentirse más plenos y felices, no sólo en el entorno escolar sino en sus vidas personales. Se han reencontrado con ellos mismos, con la vocación y motivación que los llevó tal vez hace mucho a elegir esta profesión. Una maestra me emocionó al decir que este curso le había resultado “un mimo para el alma”.
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